martes, febrero 15, 2011

La Nebulosa Norteamérica en infrarrojo


La Nebulosa Norteamérica puede hacer algo que es imposible para la mayoría de los norteamericanos: formar estrellas (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 900 píxeles o verla aún más grande).

Por lo general, el lugar preciso donde este misterioso proceso se desarrolla ha sido oscurecido por algunas de las gruesas nubes de polvo de la nebulosa. Sin embargo esta nueva imagen de la Nebulosa Norteamérica, tomada en el infrarrojo por el Telescopio Espacial Spitzer, permite levantar parcialmente el velo de polvo y revelar la presencia de miles de estrellas recientemente formadas.

La siguiente imagen muestra una imagen de la misma región obtenida en radiación óptica o luz visible a fin de compararla con la imagen imagen infrarroja del Spitzer y representada en colores asignados científicamente:

(clic en la imagen para ampliarla). La nueva imagen infrarroja registra las estrellas jóvenes en diferentes etapas de desarrollo, desde las que están aún inmersas en densos nudos de gas y polvo hasta las que están rodeadas por un disco y emiten chorros, o las que se han retirado por completo de su capullo natal.

La Nebulosa Norteamérica (NGC 7000) cubre un campo de unos 50 años-luz (*) y se encuentra aproximadamente a 1 500 años luz de distancia, en la constelación del Cisne (Cygnus en latín).

Todavía se debate cuáles de todas las estrellas masivas conocidas de esta nebulosa son las que emiten la radiación suficiente como para ionizar el gas circundante y otorgarle, simultáneamente, su característico color rojizo.

El cambiante aspecto de la Nebulosa Norteamérica. Esta imagen muestra cómo cambia la apariencia de una nebulosa, en este caso NGC 7000, al ser observada en distintas combinaciones de radiación óptica e infrarroja. Arriba a la izquierda se muestra una imagen en luz visible, de gran parecido con el continente norteamericano, en particular con la costa marítima este y el Golfo de México. La región a su derecha se conoce como la Nebulosa del Pelícano. La vista superior derecha incluye observaciones en radiación óptica e infrarroja: el gas caliente se representa ahora en vívidos tonos azules, mientras que los colores rojos muestran la luz infrarroja. Además, el polvo oscuro comienza a brillar en la toma del infrarrojo. Las dos imágenes inferiores sólo comprenden datos infrarrojos obtenidos por diferentes cámaras, correspondiendo la imagen inferior derecha a longitudes más largas. Las cuatro imágenes son diferentes por dos razones. En primer lugar, porque la luz infrarroja puede atravesar el polvo, algo imposible para la luz visible. De esta manera, las nubes oscuras de la imagen visible se hacen transparentes en la visión del Spitzer. En segundo lugar, los detectores infrarrojos del Spitzer pueden captar el resplandor de los capullos polvorientos que envuelven a las estrellas en formación (clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 15 de febrero de 2011. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: NASA, JPL-Caltech, L. Rebull (SSC, Caltech); efecto interactivo (en la página original): DSS, D. De Martin.


(*) Acerca de las distancias cósmicas

Las distancias en astronomía se miden en unidades de años-luz, donde un año-luz es la distancia que la luz recorre en un año: 10 billones de kilómetros. Sin embargo, por razones históricas relacionadas con la medición de la distancia a las estrellas cercanas, los astrónomos profesionales usan la unidad conocida como pársec, siendo un pársec igual a 3,26 años-luz.

Los astrónomos calculan la distancia a las galaxias remotas —aquellas que están más allá de los 20 millones de años-luz— con la ley de Hubble. Según esta ley, el universo se expande de forma tal que las galaxias distantes se alejan entre sí a una velocidad proporcional a su distancia. La recesión, como se denomina este fenómeno, causa que la radiación de una galaxia se desplace hacia longitudes de onda más largas, un efecto conocido como el desplazamiento al rojo o redshift. A partir de la medición del corrimiento al rojo y la constante de proporcionalidad, denominada constante de Hubble, los astrónomos pueden determinar la distancia a una galaxia.

Uno de los problemas centrales de la astronomía moderna es determinar con la mayor precisión posible la constante de Hubble, o sea, la medición de la tasa de expansión del universo. En la actualidad la constante ha podido medirse con una precisión de un 20 por ciento, por lo que las distancias medidas suelen modificarse diciendo, por ejemplo, "alrededor de 100 millones de años-luz". En particular, el equipo del Observatorio Espacial Chandra asume para sus publicaciones un valor de la constante de Hubble que corresponde a una velocidad de recesión de 600 kilómetros por segundo para una fuente a una distancia de 30 millones de años-luz o 10 millones de pársecs (H0 = 60 km/s/Mpc).