miércoles, abril 22, 2009

Un museo de mamíferos fabulosos (22)

Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.

Año: 1551.
Artista: Conrad Gesner.
Publicado por primera vez en: Historia Animalium.
Publicación actual: Eating Right in the Renaissance, de Ken Albala.

Esta ilustración de un jabalí no está tan mal. Sin embargo, los europeos que vivían en la época en que fue publicado el dibujo tenían algunas nociones sobre la nutrición que nos resultan muy extrañas. Una de estas ideas era que comer el cerebro de un animal nos hacía más inteligentes. Otra, que la comida ideal a consumir era probablemente uno mismo, esto es, un ser humano. No parece que alguien se haya tomado ese consejo tan en serio como para darse un banquete de carne humana. El segundo plato preferido era la carne de cerdo.

Fuente: Strange Science (en inglés).

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