lunes, febrero 23, 2009

La Luna bajo el efecto vaso etrusco

¿Qué le pasó a la Luna? Nada, sólo que vista desde algunos parajes la última Luna Llena de hace dos semanas se levantó extrañamente deformada:

(clic en la imagen para ampliarla a 2002 x 413 píxeles). En particular se vio una imagen curiosamente invertida cerca del horizonte, un efecto que Julio Verne, el precursor de la ciencia ficción, denominó vaso etrusco por la similitud de ambas formas (*). La extraña forma de la Luna se debe a la refracción de la luz lunar a través de una capa atmosférica de inversión, en la que el aire frío queda atrapado cerca de la superficie terrestre. El fotógrafo que tomó esta imagen también indicó que, conforme la Luna se elevaba, en el borde inferior del satélite se veía un tenue arco rojo y en el superior uno verde, como en estos otros dos ejemplos:

(clic en la imagen para ampliarla). Estos efectos son similares al famoso rayo verde solar y se deben a que la atmósfera terrestre se comporta como un prisma, enviando los distintos colores del espectro luminoso en direcciones ligeramente diferentes.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 23 de febrero de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: John Stetson.

Una puesta de Sol en forma de vaso etrusco:

(clic en la imagen para ampliarla). Fotografiada por Michael Myers en Cabo Hatteras, Carolina del Norte, EE.UU. Otros lo llaman "efecto omega", ya que la forma del disco se parece a esa letra griega mayúscula, tal como se aprecia en la sexta imagen. Más información (en inglés).

(*) En su libro "El rayo verde" (descargar). Lamentablemente la referencia al vaso etrusco se omite en la versión española, pero no en la italiana, cuyo párrafo relevante —en el capítulo XXII— dice así:
Tutti, immobili, più commossi che non si potrebbe credere, guardavano il globo che movendosi obliquamente all’orizzonte, discese ancora e rimase come sospeso un istante sull’abisso. Poi, la deformazione del disco, modificata dalla rifrazione, si fece a poco a poco sentire, esso si allargò a detrimento del suo diametro verticale, e ricordò la forma di un vaso etrusco, dai fianchi rigonfi, il cui piede si tuffava nell’acqua. Non vi era più dubbio sull’apparizione del fenomeno. Nulla turberebbe quello stupendo tramonto dell’astro radioso! Nulla verrebbe ad intercettare l’ultimo dei suoi raggi!