martes, abril 15, 2008

Nueva interpretación de una tablilla cuneiforme (crítica)

A la gente de Blue Collar Scientist (en inglés) les parecieron poco científicas las tesis expuestas en el artículo anterior de esta serie. Y las someten a una serie de críticas, de las cuales quizá la más importante es la falta de cráter en la zona de impacto —incluso habría datos que excluyen la posibilidad misma de un impacto—, mientras las otras críticas cuestionan y reducen la plausibilidad de las tesis restantes.

A mí la lectura del artículo me dejó una sensación ambigua. Por un lado desconfío enormemente de las teorías que pretenden explicar demasiado —y para peor en su primera presentación—, esto es, dar cuenta de fenómenos o sucesos que pertenecen a campos tan diversos como la astronomía, lingüística, geología y crítica bíblica. Me suena como algo demasiado bueno para ser cierto y eso sin hacer ningún análisis sobre la competencia de los autores en las disciplinas nombradas. Pero, por otro lado, tampoco se puede criticar con dureza a una teoría que sólo se la conoce a través de una nota periodística, porque bien podría suceder que ésta no reseñe adecuadamente el punto de vista del autor —en este blog señalé varias notas donde se afirman grandes pavadas—, o bien la extensión natural de un artículo de prensa no permita fundamentar adecuadamente las tesis expuestas.

Volviendo a las críticas del artículo, no puedo traducir toda la entrada porque es muy extensa, así que traduzco un resumen de las tesis de Alan Bond y Mark Hempsell seguidas —entre paréntesis— de lo esencial de las críticas o comentarios realizadas por Blue Collar Scientist.

Los investigadores suponen:
  • Que los sumerios observaron regularmente el cielo (probablemente correcto).
  • Que uno de ellos observó un gran cuerpo muy próximo a la Tierra antes de que entrara a la atmósfera (muy improbable; pero ver un meteoro muy brillante no es sólo probable sino cierto, si uno se queda mirando).
  • Registraron la trayectoria del meteorito con una precision de +/- 1° o menor (plausible).
  • La tablilla en la que registraron estos datos fue reproducida por un escriba luego de 2.423 años (posible, ¿pero por qué?).
  • Aun cuando aparentemente no se copiaron las observaciones de ninguna otra noche (¿por qué no? Debería haber toneladas de cosas interesantes y tan correlacionados con otros sucesos significativos en la Tierra como en este caso; sin que esto significa causalidad sino coincidencia).
  • Y esta tablilla nunca había sido traducida antes (supongo que esto es cierto, aunque en realidad no lo sé).
  • Dos investigadores —uno es un ingeniero de infraestructura espacial, el otro es un ingeniero de motores de cohetes, pero ninguno de los dos es lingüista— tradujeron la tablilla (¿qué? ¿cómo?).
  • Y la tablilla registra un impactador (quizás).
  • Aun cuando el vidrio del impacto hallado en el sitio tiene entre 8 mil y 16 mil años (no 5 mil como sostiene la hipótesis).
  • Y el impactador era un asteroide de la clase Atón con un tamaño mayor a 1 km (seamos serios, gente: la determinación de si un asteroide es de la clase Atón lleva varias horas o días de observaciones astronómicas modernas y precisas —hay que triangular observaciones durante un corto período de tiempo, o uno largo, para extraer esa clase de datos de observaciones que ellos dicen que registraron los sumerios).
  • Y que el impactador aterrizó en Köfels (quizá; pero es necesario triangular observaciones de los impactadores entrantes bajo estudio para determinar verdaderamente en qué lugar y si es posible que un impactador llegara al suelo, porque con sólo mirar no alcanza para determinar distancias espaciales o velocidades radiales —movimiento hacia el observador o alejándose de éste—).
  • Pero no sin antes chocar con una montaña (¡vamos! ¿podemos decir hipótesis ad hoc?).
  • Que lo convirtió en algo diferente a un sólido (he oído de la fundición por choque, pero convertir la totalidad de un asteroide de impacto de 1 km en un líquido por un toque de pasada con una montaña es inaceptable, y que luego se convierta por completo en un gas sería aún más absurdo).
  • Pero que no creó un cráter cuando tocó tierra (aún así debió hacerlo).
  • Pero que sí distribuyó material eyectado por todo el Mediterráneo occidental (no puede haber material eyectado sin un cráter).
  • Pero no se encontró en ninguna parte del Mediterráneo occidental ningún material eyectado (¡ay!).
¿Duro, no?Pero hay más. Mark Hempsell, uno de los autores del libro, responde en los comentarios del blog. ¿No es interesante la Red? Responde con precisiones a algunas de las críticas, acepta que la explicación de la historia bíblica es lo menos sólido del libro —una aclaración que también exponen en su libro, que les llevó tres años escribir— pero, en lo fundamental, alega hábilmente que:
Este no es un intento de vender el libro, que es simplemente un artículo extendido y tan atrapante como la traducción de la guía telefónica de San Pablo al japonés; pero si quieren públicamente hablar mal del libro diciendo que es un engaño pseudo-científico, por lo menos tengan la cortesía de averiguar primero qué es lo que en realidad decimos.
Creo que hay un empate, al menos por ahora. Lo mejor, como siempre, es informarse todo lo posible antes de emitir una opinión, no sea cuestión de que hayamos perdido el tiempo luchando contra un adversario inexistente.