viernes, septiembre 21, 2007

Talleres de escritores

Si alguna vez te preguntaste cómo son los talleres de escritores, qué cosas colocan a su alrededor, qué manías tienen, qué coleccionan, qué les inspira, qué no les distrae, qué aparatos tecnológicos consideran indispensables —y así averiguar qué tan modernos son, porque aunque no lo crean algunos todavía escriben a mano o en máquinas de escribir mecánicas—, entonces este informe (en inglés), producido por el periódico británico The Guardian, seguramente te interesará.


El informe consiste en fotos de los talleres con comentarios y explicaciones de los propios escritores acerca de sus hábitos y el ambiente que necesitan imperiosamente para escribir. Considerando el origen, no es casualidad que el informe trate sobre treinta y cinco escritores británicos en su mayor parte: excepto J. G. Ballard, el resto de los nombres —supuestamente de autores reconocidos— no me dice nada. Se ve que leo poca literatura inglesa contemporánea.

Acerca de los talleres y autores, Geoff Dyer, uno de los encuestados, propone una buena clasificación:
Arthur Koestler en uno de sus ensayos dice que hay dos clases de escritores: aquellos cuyos escritorios miran en dirección a una ventana y aquellos que prefieren mirar hacia la pared.
Por cierto, a mí me sería imposible mirar todo el día a una pared, para sentirme cómodo necesito un ventanal con mucha luz natural y una amplia vista con todo el verde posible. Aunque ninguno de los talleres cumple con mis gustos, los que más me gustaron son los de Mark Haddon (en la foto) —una buena coloratura y mucha madera, pero le falta contacto con el exterior—, David Lodge —un gran ventanal pero muy oficinesco—, y Margaret Drabble —otro buen ventanal en un ambiente demasiado prolijo para mi gusto—. El taller de Michael Longley tiene un desorden visual compatible con mi gusto pero la lámpara encendida me sugiere poca luz natural. El taller de J. G. Ballard se ve parcialmente en la foto y resalta entre los otros, quizás le ayuda mucho ese cuadro fantástico —una reproducción de La violación del pintor surrealista belga Paul Delvaux, el original se perdió durante la Segunda Guerra Mundial—. A propósito, aquí hay una foto del cuadro completo.

Pero esos son mis gustos. Otra gente, como los de Boing Boing (en inglés), eligieron otros talleres. No hay problema con eso.

2 Sofismas:

El sáb sept 22, 03:15:00 a.m. 2007, Anonymous Anónimo escribió...

Aquí hay un post sobre el mismo tema (pero sobre otros escritorios y escritores). En los enlaces el blog On my desk, dedicado a escritorios ode diseñadores y dibujantes.

 
El mar sept 25, 12:14:00 a.m. 2007, Blogger el sofista escribió...

Ivan: Muchas gracias por los enlaces, hay ambientes más que interesantes, en especial en el enlace de los artistas gráficos, donde el color destaca por sobre los otros aspectos; un contraste notable con los talleres de los escritores británicos.

 

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